EL MUNDO
20 julio 2011
La felicidad, la mejor
medicina para la salud
Marta Mora
Una actitud optimista puede prevenir las depresiones, el
estrés y la anorexia. Para ser optimista es muy importante la ayuda de la
familia y de los amigos.
Ser
optimista está directamente relacionado con gozar de una buena salud. Una
actitud positiva puede prevenir el desarrollo de enfermedades como depresión,
estrés, insomnio, niveles inadecuados de colesterol y anorexia. Esta es la
conclusión que se desprende del estudio 'La Felicidad y la percepción de la
salud', realizado por el Instituto Coca-Cola de la Felicidad y la Universidad
Complutense de Madrid (UCM). Al contrario, las personas menos felices
"tienden a tener más presentes los problemas físicos y psicológicos que les
afectan".
En
este sentido, por ejemplo, la posibilidad de tener depresión en el grupo de las
personas más felices es nueve veces menor que entre quienes son menos
positivos. La probabilidad de tener insomnio es cuatro veces menor.
Según
el informe, existe una relación bidireccional entre
ser feliz y estar sano. Tal y como señala Carlos Chaguaceda,
presidente del Instituto Coca-Cola, "las personas que se sienten más
contentas y positivas tienen una mejor percepción de su salud". Y esta
asociación, aseguran los expertos, cada vez tiene más evidencia científica y
así lo confirma Josep María Serra-Grabulosa,
doctor y profesor del departamento de Psiquiatría y Psicobiología
Clínica de la Universidad de Barcelona. "Ser más optimista afecta al
sistema nervioso, neuroendocrino e inmunológico. Por esta razón, los que son
más felices, en general, sufren menos alteraciones cardio
y cerebrovasculares y, como su sistema inmune se
refuerza, disminuyen las posibilidades de contraer enfermedades".
En
definitiva, recalca Serra-Grabulosa, los niveles
altos de felicidad mejoran la salud mental. De hecho, aclara Gonzalo Hervás, otro de los autores del informe y doctor y profesor
de la facultad de Psicología de la UCM, "hemos constatado que la salud
mental es un componente igual o más importante que la física en la percepción
de la propia salud y que los problemas de tipo psicológico están mucho más
relacionados con la infelicidad que los problemas físicos".
En busca de la felicidad
El
problema surge en cómo buscar la felicidad. Aunque el cerebro tiene una
propensión natural a tener emociones positivas, indican los autores del
informe, "es necesario estimularlo".
Como
recuerda Chaguaceda, "la felicidad se trabaja,
no se puede esperar sentado en casa. Por ejemplo, aquellas personas que
realizan deporte regularmente son felices cuando lo hacen porque el cerebro
segrega serotonina y oxitocina
y genera una sensación que te hace feliz. En resumen, hay que buscar lo que nos
hace felices". Tampoco hay que olvidar el importante papel del apoyo
social y familiar para superar los problemas de salud y otras adversidades.
"Es fundamental para que las personas se sientan con mejor estado de salud
y les ayuda a preservar, en gran medida, su nivel de satisfacción cuando sufren
algún problema", agrega el especialista. Gonzalo Hervás
lo corrobora: "El apoyo social fomenta la felicidad".
"No
existe un único punto que al estimularle nos proporcione felicidad",
advierten los autores de la investigación. Es necesario que la ciencia
profundice en la forma de favorecer la salud desde el bienestar.
"Probablemente, existe el gen de la felicidad, pero no es sólo uno, sino
que hay varios candidatos que pueden proporcionar este estado mental y es
importante saber cómo se activan para que esto ocurra". Por el momento, el
gen que tiene más posibilidades para estar vinculado con la felicidad es
"el que está relacionado con la serotonina".
Para
la realización del estudio se ha utilizado una muestra de 3.000 personas entre
18 y 65 años a las que se les realizaron entrevistas y cuestionarios para
conocer la relación entre salud y felicidad.